jueves, 19 de noviembre de 2015

HIJOS DE LA ESCUELA

Con este lúcido y honesto texto comenzamos una nueva sección del blog "Hijos de la Escuela" en el que presentaremos vivencias, destinos y derroteros de los antiguos alumnos de nuestra Escuela, retrospectivas tiernas que nos conectan con el futuro, sencillo pero sincero homenaje a todos aquellos que llenaron aulas y patios del espacio que es ahora de nuestros hijos. Estáis invitados, como siempre, a colaborar con textos, reflexiones o sencillamente poniéndonos en contacto con otros veteranos que quieran prestarnos sus experiencias.



"No sé si está en vuestras cabezas el futuro lejano de nuestras criaturas….¿Es nuestra escuela cantera de genios, artistas, ingenieros, políticos o revolucionarios de cualquier tipo? ¿Realmente os preocupa esto? Personalmente aún no me lo planteo, ni siquiera de vez en cuando, pero es cierto que os cuento un detalle cotidiano que llamó mi atención y me acercó a esta reflexión.


Trabajo desde hace años en un centro de atención telefónica donde organizo grupos de teleoperador@s cuya misión es “soportar” al teléfono, llamada tras llamada, clientes generalmente muy enfadados y, desgraciadamente muchos de ellos, con poca educación. Las empresas con las que trabajamos  suelen ser muy exigentes a nivel de productividad (coger muchas llamadas, resolverlas en poco tiempo…) y los salarios del convenio  son bajos. El perfil de trabajador suele ser temporal, y la desmotivación y el estrés afloran con facilidad. Por un lado el ritmo de trabajo, por otro, el poco margen de maniobra para la creatividad individual: tareas monótonas y repetitivas en el tiempo.  En este contexto, un buen día, descubrí dentro del último grupo de nuevas incorporaciones, un chico. Un chico más dentro de los 116 agentes que componían en los últimos tiempos mi equipo. Estaba sentado cerca de mi puesto, y entre llamadas y al pie de una conversación sobre niños, me comentó que él de pequeño estuvo en nuestra Escuela de Belén. Enseguida se me abrieron los ojos y las orejas como platos:

-        -¿Siiiiiiii….? ¿Y qué recuerdas?

-    -Recuerdo a Juanpe. Me agarraba a su mano y no quería volver a casa (entre risas)

-  -(Empecé a relatar anécdotas sobre mis hijos, ensalzando continuamente nuestra escuela….)

-     -Después estuve en el colegio Sierra Nevada y en el instituto Soto de Rojas…

-     -¿Siiii..? Por ese itinerario escolar luchan muchos padres y madres….¡Qué casualidad!

Esta animada conversación de intercambios experienciales acabó con un comentario poco afortunado de otra compañera que estaba al loro de nuestra charla: “Ya ves…tanto colegio y ha acabado trabajando aquí, como tantos otros”. Comentario tajante y desgarrador, que me hizo retomar en mi cabeza el tema durante varios días y profundizar en el perfil de este chico. El día a día me dio la respuesta.  Por un lado, no hubo día que no estuviera entre los primeros del ranking por sus resultados. Su resistencia al estrés envidiable, todos los días acudía con muchas ganas de trabajar y continuar dando buenos resultados. Frecuentemente  se interesaba por cómo iba, si podía ponerle alguna escucha para ver qué podía mejorar. Continuamente analizaba con acierto qué ocurría en la línea, sintetizando con rapidez y claridad de ideas. Su proactividad era continua, siempre planteando posibles mejoras a la hora de tratar al cliente. Adaptado al puesto, pero no indiferente. A menudo me preguntaba el porqué de ciertos procedimientos: curioso por saber  y cuestionándose casi todo. Siempre motivado y agradecido por su puesto de trabajo. Su relación con los compañeros excelente, sociable y respetuoso con los más cercanos y lejanos a su puesto. Decía en los últimos días antes de su finalización de contrato: “Me llevo de aquí muchos y buenos amig@s”. Se adaptaba con rapidez y facilidad a todos los cambios, algunos casi al minuto, que nuestro entorno laboral suele propiciar: “Esto es bueno, cuanto más sepa mejor”. Además pude conocer por otras conversaciones que era un chico lleno de inquietudes, con intereses claramente definidos hacia la informática y la innovación. Sus ahorros iban a destinarse hacia un proyecto con otros compañeros que partía de una idea relacionada con robots y que querían dar a conocer buscando una salida en el autoempleo. Su pasado, lleno de todo tipo de experiencias laborales que buscaban subsistir y seguir creciendo hacia algo mejor. Como último, os añadiré, un comentario que me hizo un viernes antes de iniciar la jornada laboral: “Vero, hoy vengo a darlo todo. Me siento muy feliz”. Me sorprendió esta expresión, tan poco común entre sus compañer@s (y entre las personas en general), que generalmente se sienten rendidos la mayor parte del tiempo y sobre todo cuando va acabando la semana.

No sé cómo valoráis esto o si os hace reflexionar en algo. Sinceramente llevo mucho tiempo viendo desfilar perfiles de trabajadores, generalmente jóvenes, y más que la falta de oportunidades me preocupa la falta de valores e inquietudes en los puestos de trabajo una vez que se llega a ellos.  Hay poca motivación, poco interés, resignación y falta de iniciativa para desarrollarse personal y profesionalmente.  No sé si el caso de este chico os hace pensar qué hay de nuestra escuela Belén en su persona, pero está claro que muchos de los procesos de los que os he hablado os suenan de nuestro día a día en el cole (curiosidad, análisis, motivación, trabajo, ilusión, creatividad, iniciativa…..) Ojalá crezcan así nuestros niños y niñas, sean peluquer@s, ingenier@s, mecánic@s o am@s de casa…Lo importante es ser feliz y crecer con las experiencias que cada uno encuentre en su camino."


Texto de Verónica  Trujillo
madre de Carlos (Campana) y Andrés (Pecera)
Imagen de Mar Cervantes 
madre de Clara (Pecera) 


4 comentarios:

  1. Vero, ¡qué interesante comienzo de este nuevo espacio en nuestro blog! Gracias por tomar la iniciativa y compartir con tan buen gusto tus reflexiones... creo, como tú, que nuestra escuela nos enseña a mirar de otra manera y a destacar valores imprescindibles para adaptarnos, transformar y mejorar nuestro mundo (a veces tan maltrecho...).
    Comparto tus deseos y animo a quien quiera contar su historia ( ¡ hay muchas mamás antiguas alumnas del cole!...). Besos. Memes

    ResponderEliminar
  2. Me encanta tu texto, Vero, refleja todos los procesos que efectivamente buscamos en su día para transmitir a Jorge, y ahora a Alicia. No conozco a una sola persona que haya ido a las Escuelas Infantiles que no las recuerde con cariño y casi adoración. Nos deja el listón muy alto, claro está, porque tenemos hijas e hijos buscadores de conocimientos, y el tiempo en casa se convierte en espacios de búsqueda de creatividad... y no siempre tenemos toda la energía. Pero por lo menos para mí, mi tiempo compartido con ellos se convierte en tiempo de calidad cuando veo como crecemos juntos, ya que yo misma recupero cosas de mi infancia (en cole de monjas, indicidualidad cero) que yo misma me gestionaba. Ojalá mis padres me hubieran llevado allí.

    Como siempre, muchas gracias a nuestra Escuela, y muchas gracia Vero por compartir esto.

    Elena, Mamá de Jorge (Pecera) y Alicia (Duendes)

    ResponderEliminar
  3. Me encanta esta iniciativa ; yo soy de las que no estuve en Belén pero le hubiese gustado estar....jajaja...; y ahora estoy feliz de que mis hijas tengan esta suerte.
    Gracias, os seguiré......
    Inma, mamá Celia y Martina

    ResponderEliminar
  4. Hola soy Salvador Salazar, nacido en 1986. Hoy paseo junto a una amiga mami por la escuela municipal Belen !Yo también me eduqué aquí!
    En un magnifico dia como hoy lleno de infinitas posibilidades, hablando con mis nexos en la escuela, surge la idea de participar de este blog.

    He de decir que hoy en día se respira un ambiente cargado de vida, igual que cuando correteaba por los patios de Belen, persiguiendo lagartijas, con la misma ilusión con la que me gano la vida hoy en día en el campo, pues soy agricultor y como no, ecologista 100%, productor de la asociación Encinar, Vergel de la vega y Como de Graná.

    Y esque en nombre de la agricultura se han cometido delitos medioambientales impresionantes: Me cuenta mi tito, como hace poco mas de cien años el río cubillas estaba rodeado de BOSQUE mediterráneo, con alta riqueza vegetal y animal, a lo largo de su recorrido, desde su nacimiento en Sierra Arana entre Montejicar y Domingo Pérez pasando Iznallor, Deifontes, bordeando Sierra Elvira, llegando al embalse de cubillas.
    Como cientos de agricultores, mi tatarabuelo uno mas, transformaron un BOSQUE mediterráneo, en olivares altamente productivos y tierra calma para sembrar cereal tan fundamental en nuestra alimentación.

    En Belen soñaba con ser astronauta, ahora sueño con la creación de bosques, una sociedad rica en valores que atienda los problemas individuales basada en la autosuficiencia energética del sol, el viento, el agua y la térmica. ¿Estamos en el mismo barco?

    Gracias JuanP Meme y escuela. Gracias Verónica.... compañeros de Belen... Alberto, Guillermo, Jonatan, Silvia, Marta, Elvira, Juanmi, Pablo...

    Ánimo y buenos alimentos!

    Saludos

    Salvador Salazar Pérez

    ResponderEliminar


Los comentarios que aportemos harán de este blog un espacio mas vivo, mas rico, mas cercano...
¿Qué te parece lo publicado? ¿Te ha sugerido alguna emoción? ¿Qué crees que le falta o le sobra...? ¿Te gustaría conocer algo mas al respecto? ..