sábado, 23 de febrero de 2019

Comunicación emocional entre padres e hijos

Erika A. Ramírez Díaz, mamá de la Campana y Directora del centro de psicología Defábula nos trajo la primera actividad de nuestra Escuela de Padres y Madres, os dejamos con las notas que nos ha dejado de la experiencia, esperamos que las disfrutéis.
La puesta en movimiento de las emociones

Charla impartida al E.I.M. Belén
El 20 de febrero 2019


Desarrollo:
Me gustaría empezar utilizando la palabra “tiempo” para hablar de las emociones.
Podría decir que los niños y niñas son los que mejor viven el presente en su forma literal, lo que se podría decir y que seguro han escuchado: “el aquí y ahora”, es decir, para ellos no hay tiempo, o su noción del tiempo es reducido,  un tiempo sin tiempo, es lo que los griegos llamaron  Kaíros, que es el tiempo en el que nos perdemos en el, este tiempo los adultos desafortunadamente lo tenemos ya muy reducido, vivimos en relación muchas veces al tiempo que tenemos, es un tiempo distinto, el tiempo Cronos, (para los griegos, Dios del Tiempo), de aquí viene nuestra palabra “cronómetro”.
Entonces vamos a encontrar que una primera reflexión en relación a la comunicación emocional entre padres e hijos, comienza con un gran reto. ¡El tiempo! Porque para nosotros el tiempo que vivimos es el del reloj-cronos,  para ellos el tiempo con el que crecen emocionalmente sanos es el tiempo Kaíros. 
Todo esto cómo puede actuar en relación a nuestros hijos que como padres (cuidadores), vivimos con el tiempo justo, cuando es el reloj (el Señor Cronos) quien muchas veces controla nuestra vida, por lo tanto hay una dificultad en detenernos a saber qué siento, cuál es la emoción que me despierta el comportamiento de mi hijo o hija.
La emoción estaría localizada aquí, en este tiempo Kaíros, en donde los niños y niñas a través del juego, en especial el juego libre, resolverán sus angustias y sentimientos no resueltos.


Vamos a caminar un poquito más. Tenemos un cuerpo; el cuerpo organiza el movimiento, tenemos un esqueleto, músculos, tendones, articulaciones, todo ello organiza el movimiento. El ser humano en general pero en particular los bebés y los niños se mueven por los afectos, son los afectos los que producen vibración, es como un eco que en su resonancia me permite sentirme, eso es la emoción, venida de una sensación, ambas localizadas en el cuerpo. Tus sensaciones, tus emociones serán la conciencia inmediata de tu cuerpo.
Es importante hacer esta distinción entre las sensaciones y la emoción. Ambas se refieren a la conciencia corporal. La sensación, está muy localizada en el cuerpo, por ejemplo, la sensación de calor, la sensación de boca seca. La emoción, aun cuando entre otras cosas es una sensación corporal, es mucho más difícil de localizar en el cuerpo y más compleja que la sensación. Por ejemplo, si me siento feliz ¿cómo voy a comunicar lo que siento? Me dan ganas de pegar de brincos, quiero gritar de la emoción, o me da por cantar, esto es, experimento una movilización corporal en todos los sentidos.
En 1872 Darwin publicó La expresión de las emociones en el hombre y el animal, a partir de ahí muchos investigadores concuerdan sobre el origen congénito de las emociones, pero no se ponen de acuerdo sobre la cantidad exacta de las mismas. Algunos enumeran 4: la felicidad, la ira, la tristeza y el miedo. 
·      Tomkinsy Eckman2 más: la sorpresa y el asco. 
·      Putchnikañade 8, considerando: la anticipación y aceptación.
·      Izard, 11: la felicidad, ira, trsiteza, miedo, sorpresa, desprecio, angustia, interés, culpabilidad, vergüenza y el amor. 
·      Fridja, enumera 17, agregando a la lista anterior: arrogancia, confianza, pesar, esfuerzo.

Ahora, vamos a dar un pasito más y definamos la palabra “emoción”.
Emoción viene del latín <<exmovere>>, que significa <<poner en movimiento>>, pero es cierto que también incluye el prefijo <<ex>>, que indica exteriorización de esta puesta en movimiento, por lo tanto la idea de movimiento parece fundamental.
Entonces lo que existe primero es una puesta en movimiento en el interior del cuerpo, esto que sintieron mientras hacían su ejercicio, o cuando en directo están con sus niños, es una puesta en movimiento en dos direcciones. 
Podemos decir que pertenece a lo vago y a lo confuso, ya que está en el cuerpo en forma movilizadora de una sensación, ese vago o confuso no podrá quedarse mucho tiempo ahí, se le va a dar forma EN y POR una puesta en contacto. tiene que ver con la forma que adquiere mi cuerpo al observar lo que sucede con el niño Entonces la emoción es una forma producida por el contacto y la situación entre tú y tu niño o niña, es decir es ese eco que recibe el niño o niña cuando me dice lo siente.
Otra distinción que hay que hacer es la que existe entre emoción y sentimiento. La emoción pertenece al Kaíros (al tiempo sin tiempo), a ese estado no duradero y así podemos diferenciarlo del sentimiento que perdura, podríamos decir en un Cronos.
Por ejemplo, sería irreal que una sorpresa prevalezca durante todo un año. De igual forma, sería poco creíble que un luto o una pena durara unos segundos. Aquí vemos como la emoción de la sorpresa tiene un inicio repentino y su duración es muy limitada (Kaíros), y el sentimiento pertenece al (Cronos) es decir, que tiene una duración en el tiempo. Aquí podría decir que esto explica las emociones de los niños que en un momento están llorando y de repente los ves riendo a carcajadas ¿alguno es mentira?, no.
Pienso en la salud de las emociones de una forma natural, como lo experimentan los niños. 
Quiero retomar lo que les decía hace un rato sobre el afecto.

SIEMPRE ESTAMOS AFECTADOS: AFECTO
Podríamos decir que la emoción es lo único que existe! Esto parece muy radical pero creo que realmente así es, vamos a explicarlo un poquito más porque considero que comprender esto nos puede acercar mucho a lo que nos sucede en relación con nuestros niños porque la emoción se va a convertir en la información privilegiada sobre cómo está el ambiente en esa relación papá-mamá, niño, niñas una especie de radar que nos da información del estado del niño o niña y del tuyo, por lo que considero  se hace necesario conocer bien la emoción que te despierta la conducta de tu niño o niña.
Lo que experimento en presencia del otro es un indicador de lo que está en el campo: habla de mí, habla del otro, entendido como mi pareja, mi amiga, el educador, el niño y/o la niña, habla de la situación, habla de la atmósfera, habla de nuestro encuentro. Ese indicador es la emoción: tristeza, rabia, vergüenza, enfado, alegría, etcétera.
Cada experiencia va ir provista de su propio tono emocional, y ese “tono” se traduce, como decía antes, en relación al cuerpo: músculos, tendones, articulaciones, etcétera,  nuestro cuerpo está provisto de todo lo que necesita para detectar lo que sucede en el entorno, por lo tanto esto es tanto para los bebés como para los niños y los adultos. 
El bebé por ejemplo experimenta los objetos y los sucesos principalmente en términos de las emociones primaria (afecto) que suscitan para él (Siegel Daniel).
El sistema nervioso del bebé está preparado para evaluar inmediatamente la intensidad de la luz, de un sonido, de un contacto, de todo lo accesible a sus sentidos, del brazo de mamá que lo acoge, del tono muscular de esa mamá que traducirá en forma de sensaciones. El bebé comienza a desarrollar una relación que al principio es tónica (de tonicidad). Es una vibración. Esto es el afecto porque estamos vivos, siempre estamos afectados.
Estás sensaciones, emociones están organizadas por ese “afecto” al movimiento.
En los bebés existen todas las cadenas motrices de la vergüenza, frustración, culpa; luego aprenderán la cólera, la rabia, etc.
Como he ido diciendo, para darle forma al afecto necesitamos un “eco”. 
En las relaciones entre cuidador niño y/o niña vamos distinguir:
A)  Calidad del eco. Es primordial para darme un retorno y esa cualidad es la seguridad de poderse dejar llevar por el otro, por mí cuidador.
B)  Acogida. Es un sentirme recibido
C)  Confirmación. En el origen. 
Cuando hablo de confirmación, es sentir que como niño estoy siendo aceptado, es una incondicional, es poder darle la suficiente confianza al niño de que lo que expresa es INCUESTIONABLE, lo que vive (p.ejm; ¡estoy enfadado!, no se cuestiona), lo que me da, no se pone en cuestión. Lo valido con lo que trae, aquí estamos entonces trabajando en un sentido sobre el reconocimiento hacia lo que sienten y eso es autoestima, eso es fortalecimiento de su “yo”, por consecuencia esto nos va a garantizar una mejor relación en sus grupos de iguales, “si yo en casa me siento aceptado o aceptada, aprenderé a aceptar a los demás”, luego esto hay que pulirlo más porque no pasa por arte de magia ni de un día para otro, es realmente un entrenamiento que como tal, a veces, nos frustrará, pero también ahí y en la medida que como padres aprendamos a tolerar esa frustración, les estaremos enseñando a nuestros hijos e hijas a tolerar la suya, porque la frustración forma parte del juego de la vida.
La creación y fundamento de la humanidad es por definirlo, el eco de la relación.
Solo encontramos el resultado de la resonancia, captamos la sensación del entorno, vemos los efectos de la resonancia en la emoción que suscita en mí. 
Siempre somos afectados por el otro, de alguna manera recibimos el impacto del otro, nuestro tono muscular se ha cargado de esa nueva información, nuestros músculos, de un “tono” que nos hace saber sobre cómo está el ambiente. 
Pondré un ejemplo sobre el sentimiento de la culpa. La culpa es generalmente ira o resentimiento vuelto hacia ti. A un niño se le gritonea porque ha derramado la leche. Ser gritoneado lo enfada, pero es incapaz de expresar su ira, entonces vuelca su ira hacia él sintiéndose culpable por derramar la leche. Si su ira fuera expresada la culpa desaparecería, dependerá del eco de resonancia del progenitor, si lo escucha y lo acepta el niño o niña no sentirá culpa, pero si mi progenitor se enfada porque el niño se ha enfadado, la culpa crecerá. Si el niño no puede expresar su ira y se siente culpable, se resentirá con el adulto (o quizá con otro niño) por este desagradable sentimiento.
Usualmente, junto al resentimiento hay una demanda inexpresada. El niño puede resentirse con el progenitor por gritarle, y la demanda puede ser que sea más tolerable con su volcamiento de la leche.
Muchas veces lo difícil en nuestra tarea como padres (cuidadores) es aprender a no adelantarnos, a no precipitarnos antes de tiempo, solemos dar rápidamente explicación o solución a la experiencia entre lo que pasa en relación con nuestros hijos e hijas y quizá necesitamos que sea nuestro propio hijo o hija el que pueda explicar con sus palabras lo que siente (con sus palabras, nunca serán las mismas a las tuyas). 
Aunque la actitud natural de nosotros como padres es poder darle significado pronto a la experiencia de nuestros hijos e hijas, y la interpretación en si no es mala, lo peligroso es fijar ese significado como la realidad.
Y aunque cuando son muy pequeños, somos los adultos los que vamos a interpretar el mundo del niño. Por ejemplo; si está llorando vamos a dar significado a su experiencia diciendo que tiene hambre, que quizá son cólicos, que necesita cambio de pañal etcétera, cuando el niño adquiere el lenguaje sus experiencias se volverán más ricas en poder expresar aquello que lo inquieta y es importante ayudarlo a que se exprese.
El eco, la mirada del otro (cuidador) es lo que dará el sentimiento de identidad a ese niño o niña.

RECOMENDACIONES PRÁCTICAS:

·      Busca tiempo a lo largo del día para hablar de aquello que pudo generar un conflicto entre ustedes, dale tu explicación desde lo que sentiste (no hables de él o ella, habla de ti)  y ofrécele la posibilidad de que te explique con sus palabras lo que sucedió, sin juico.
·      Practiquemos la actitud del no saber, es decir: humildad. “Todos mis saberes no serán suficientes para entender y comprender al otro”.
·      Busca los procesos de significados, es decir, sigue las secuencias, éstas no se dan de forma lineal y muchas veces son como pequeñas metáforas que se establecen en la relación del día a día con tu niño o niña. “El huevo pasado por agua”
·      Procurar no dar solución a la experiencia de nuestros niños, intenta no adelantarte, no precipitarte antes de tiempo, solo procura tener una atención con escucha activa.
·      Validación v/s confirmación: Procurar que nuestros niños reciban nuestra confirmación ante sus hazañas y evita que experimenten validación. La diferencia entre una y la otra puede ser muy grande en cómo lo experimenta: La validación tiene que ver con algo que espero de ti, tiene que ver con un valor. La confirmación tiene que ver con un Sí! Eso sientes, eso vives, eso es así para ti.
·      Busca ser un eco donde haya resonancia que permita a tu hijo o hija crecer con seguridad de expresar lo que sientan y lo que piensan.
·      Cuando te sientas ofuscado ante alguna situación que tu hija o hijo ha hecho, o posiblemente, ni siquiera ellos son los responsables de tu ofuscación. Procura no pedir explicaciones o intentar solucionarlo en ese momento, ve a darte una vuelta, bebe agua, has cualquier otra cosa que ponga en actividad tu cuerpo y no vuelvas a hablar con tu niño o niña hasta que te encuentres emocionalmente mejor.

Erika Alejandra Ramírez Díaz 
Mamá de Luka (La Campana) 


A continuación te comparto alguna bibliografía que podrá ser de tu interés.

¡Gracias por su asistencia!


Bibliografía

-      Oaklenader Violet, 2005: Ventanas a nuestros niños. Cuatro vientos
-      Levi Nurith, Spagnuolo Lobb Margherita, 2016: Terapia Gestalt con niños. Asociación cultural
-      Stern Daniel, 1999: Diario de un bebé. Paidós
-      Saniee Parinoush, 2016: Una voz escondida. Letras de bolsillo.
-      Frank Ruella, 2012: La conciencia inmediata del cuerpo. Asociación cultural
-      Siegel Daniel, 2012: Ser padres concientes. La llave
-      Lapeyronnie-Robine, Brigitte, 2012: Para una desubicación de las emociones. Artículo publicado en la revista Figura-Fondo, nº 15, primavera 2004.
-      Anotaciones personales en perfeccionamiento en Terapia Gestalt, Awareness, impartido por Yves-Pierre Goriaux, en noviembre del 2018.
-      Anotaciones personales en perfeccionamiento en Terapia Gestalt, Self proceso, impartido por Robine Jean Marie, en enero del 2019.





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