Padres e hijos tuvieron la ocasión de conocerse más profundamente, de mirarse como nunca antes lo habían hecho para reflejar en un papel con técnica libre algo mucho más importante que un físico, su personalidad.
Después de experimentar con materiales, texturas, olores, sabores... y despertar todos nuestros sentidos plasmaron con su imaginación y aquello que sentían.
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