Érase una vez una maestra con el pelo rojo y la sonrisa
puesta. Se autocalificaba “payasa” en un planeta donde los payasos eran ya una
especie en extinción. Soñaba con un mundo donde todos éramos más felices, más
libres….lleno de poesía y música. Lo soñó tanto, que los dioses le dieron una
escuela para que empezara a trabajar en ese proyecto. Y la escuela se llenó de
niños y niñas y se llenó de padres y madres, y se llenó de experiencias compartidas,
y se llenó de ideas, de sueños….de vida. Como todo planeta, hubo tormentas y
algunas nubes. La maestra no desfalleció. Afrontó con la escucha y la palabra
todo lo que fue aconteciendo, y su escuela prosiguió su marcha. No hacía falta
continuar soñando, en el camino encontró su sueño hecho realidad: niños y niñas
alegres, con ideas propias, que saben dialogar y decidir democráticamente,
padres y madres participativos, experiencias para toda la familia donde crecer
y compartir…
Con el tiempo, la maestra de pelo rojo y sonrisa puesta,
tuvo dos hijas. No, no eran dos hijas a su imagen y semejanza. Ella no quería
eso. Eran dos hijas diferentes, con su propia alma y su propia personalidad.
Eso sí, compartían la ilusión por la escuela y muy pronto comenzaron a estar en
ella: Cuqui y Cristina.
Cristina comparte con nosotros estas vivencias de la escuela…
¿QUIÉN ERES…?
“¡Hola!, me llamo Cristina, una persona bastante
extrovertida, creativa y algo payasilla. De pequeña ya era algo payasa, muy
sociable. Me encantaba interpretar y mi vida era puro teatro. Era un poco
testaruda, pero muy cariñosa”
RECUERDAS DE LA ESCUELA….
“Recuerdo la escuela como una fiesta continua. Conservo un
gran y grato recuerdo de las excursiones, de la piscina en el patio, del caqui
con su fruta que cogíamos desde “lo alto del castillo”. Donde está ahora La
Campana había una especie de cochera donde nos escondíamos entre las grandes
ruedas.”
LA COMIDA…
“La comida siempre ha sido ejemplo en todas las escuelas,
a mi parecer los cocineros son excelentes y la comida de calidad. Recuerdo que
los yogures eran caseros y que la cocina era una parte más de la escuela.
Recuerdo a Paco y a Maruja con verdadera emoción, en realidad todo lo
relacionado con Belén evoca en mí una nostalgia muy agradable”
LOS MAESTROS Y MAESTRAS…..
“No tengo recuerdo de un solo maestro, creo que mi mente
decidió quedarse con el conjunto de ellos. Recuerdo a Manuel Ángel Fuentes
pelear conmigo en cada siesta porque no quería dormir, recuerdo cantarle “Manuel no te arrimes a la
pared que te vas a llenar de cal, de cal, de cal”, supongo que en